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jueves, 23 de junio de 2016

Amigo mio

Tantas veces me has mecido acariciando mi cuerpo y mi alma, y otras tantas te he llevado hasta mi casa, en mi piel, en mi pelo y mis labios.
Amigo de paseos, fiestas y silencios, cómplice de miradas traducidas sin palabras. A ti acudo cuando ansío soledad, y pintas para mi la madrugada con dedos incorpóreos, con brisa de mañana y aleteos de agua en mi cara. 
Esta tarde tu vestido de plata, salpica de blanco mis pies descalzos, y ando torpemente, tambaleándome como cuando era niña y jugaba en tus brazos, creando mundos mágicos que el viento barría. Hoy te engalanas de fuegos, y deseos nuevos, te saboreo en el aire, despeinas mi cabello, acaricias mi cuerpo, y un dulce escalofrío, me recuerda otras noches de bailes y habaneras, mi vida en tu regazo, siempre a mi lado desde mi nacimiento, amigo mio, Mediterráneo. 

viernes, 17 de junio de 2016

Quimera verde

En mi mano, un tallo amputado de la planta , de la madre, mientras la mente divaga lejos,transportada por su aroma, y los pies bailan casi sin moverse, flotan y el dolor se transforma en una arcada reprimida, una lagrima ahogada , una risa a destiempo, tristísima risa.

La anarquía de ese ser, se adormece empujada por una paz pasajera, artificial, hasta dentro de unas horas. Mientras, el mundo baila infinito, las volutas de humo se unen formando un túnel hacia el país de nunca jamás, y la risa aflora impregnada en agua dulce manada por tu boca; la tibieza de ese sabor invadiendo los sentidos, apretando la lengua contra el paladar, recorriendo cada recoveco, y los ojos cerrados, para que no se pierda ni un segundo de placer, para no distraerse con más visión que la instalada en el cerebro. La piel tiembla.
Y qué importa si el mundo gira, si el tiempo corre, nada importa,solo la ausencia de dolor, lo olvidas, te ries en su cara, - ya se vengará cuando pueda-, pero ahora tú diriges la orquesta, y todo el cuerpo es una batuta diestra, floreciendo en la adolescencia, antes de desmoronarse en pedazos.

 La cama gira impertinente, el mundo ha despertado, los párpados pesan, en la comisura de los labios aún quedan briznas de paz, y en el huerto abre la planta sus hojas, como palmas de manos ávidas de caricias, solo una quimera verde, solo un instante en púrpura de estrellas fugaces en los ojos, después los pies afianzados en la tierra, y los pasos cautos, y un escalón, un escalón es..., casi un precipicio.



viernes, 10 de junio de 2016

De ida y de vuelta

Le dieron las doce mirando a la nada, -el valium no hizo efecto-, las canas revueltas y el espejo irónico, enfocaron un punto perdido en el espacio.

El parque en primavera, la falda de vuelo, y en su cara..., imberbe adolescencia, sonrisa iluminada de alas de mariposas, en la garganta altibajos de barítono y soprano, y ese latir como relinchos entre sus quince años.
Ella, trigo al viento y cereza en la boca, aleteo colibrí en su mirada. Roce no casual en sus manos, despedida en verano; y tras este, la vuelta, en el parque las hojas despiden primaveras, y de nuevo el reencuentro.
Sigue quebrando el ritmo su garganta no madura, y una sombra perfila su cara, pero ella es un junco desbocado, que hace de él un bailarín improvisado andando de puntillas.

Linda pareja bailando entrelazados. Más tarde los hijos, trabajo, y cansancio. El ya no baila alzando sus talones, arrastra los pasos en un tango, y ella acuna nanas en sus brazos, sentada en el porche de la casa mirando al horizonte, esperando impaciente una palabra tierna, un abrazo imposible, que desde hace un tiempo se perdió en el olvido.

Un billete de ida, un adiós, hasta siempre, las sonrisas estáticas en los marcos de fotos, kilómetros por medio, y empezar otro mundo.

Ella sigue en el porche, en su vida y su casa, tejiendo nanas nuevas para otra primavera.
A él, le dieron las doce, la una, las tres, ni valium ni tila, mitigan su angustia, tan solo esperanzas de cunas con vida serán su remanso, su paz, su retiro, de nuevo un billete, tan solo, esta vez, tan solo..., de vuelta.