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viernes, 28 de octubre de 2016

Tu boca

Enmudece
tu eterna letanía,
la que mandas
como cartas
ligadas a espinas
en patas blancas
de palomas,
las que van
dejando un rastro
ensangrentado,
un camino de pólvora
que  incendias
con palabras.
¡Calla¡
hablas un idioma extraño,
y te pierdes
donde el sol se oculta
para dejarme ver
la luna en tu cabello,
y tu rosario
es mi cuerpo
enredado en tu cabeza.
¡Vete!,
y pinta un cuadro
de palabras y gemidos,
silenciados
entre las paredes
de tu celda,
muerde ,
vierte
tus besos
en mis sueños ,
mientras abro
mis labios
buscando
apagar la sed
inquieta
de esta noche ,
en la pulpa
de tu boca.


          

viernes, 21 de octubre de 2016

Nadie

Yo respiro,
siento, sangro,
pero...,
no soy nada,
nadie me conoce,
y río, lloro,amo.

Y yo; que
no soy nadie,
que si el viento
me llevara,
no se
enteraría
ni el mismo viento,
que si fuera arena
me perdería en
el desierto,
y si fuera agua
sería solo cauce
seco.

Y yo que...,
no soy nadie,
a pesar de todo;
amo, lloro, sufro.

No,
no soy nadie,
y
me
sorprendo
inspirando,
insuflando
vida.



sábado, 15 de octubre de 2016

Dos ventanas



Entra un viento helado por la ventana entreabierta, (nunca encajó bien), pero hay días en los que se agradece un poco de aire para refrescar el sopor reinante en esta habitación, en esta casa cargada de recuerdos.

Se fue marchitando la risa, aquella que invadía los rincones, vibrando en el salón, en la cocina , aquella que hasta hace poco, dormitaba encima de los muebles encerrada en un marco. Ahora su sonrisa estática mira desde el recibidor; todo se paró en un segundo, nadie osaba tocar nada, (tenían miedo a ser perseguidos por la mirada inquisitiva, empeñada en momificarlo todo).

Recuerdo como hundiendo la nariz en la almohada llegaba un tic de lo vivido, y como amanecía el almohadón inundado de lágrimas cada mañana..., y aquel día de locura, metiendo en una vieja maleta la ropa del armario, el salir corriendo de casa y entregarla en la iglesia más lejana, sin mirar atrás, queriendo conservar en la memoria y en los almohadones lo que poco a poco se alejaba a pasos agigantados, recuerdo intentar oír su voz, y perderse el sonido entre los ruidos de la calle, (como busqué aquella grabación que siempre me había parecido horrorosa), y escucharla ahora, una y mil veces, (era su voz), me hablaba a través del magnetófono, y yo le contestaba hasta la afonía escupiendo lágrimas envenadas de rabia, ¿a quien podía culpar del destino?.

Y todo esto se antoja un mal sueño, algo que me contaron, que no ocurrió realmente..., el tiempo pasa, y a veces, mientras me peino miro el espejo y los veo ahí observando a través de mis ojos, gesticulando por mí. A veces me parece que no existo que solo soy un pequeño espectador que mira a través de dos ventanas, y estas más de una vez sufren goteras, quizás porque nunca encajaron bien.



viernes, 7 de octubre de 2016

Otoño



Hay días que tienen algo mágico, Tardes de paseos sintiendo la humedad del mar, saboreando cada palabra y haciendo eco a las olas con las risas.

Un paso y otro más descubriendo lo que sin duda ya está descubierto desde hace mucho, pero que de repente se torna nuevo en el brillo de la mirada, con la ilusión de poder compartirlo, y la locura de recuperar la adolescencia en el otoño, días en los que el cansancio se vuelve perezoso y los pies hiperactivos; las incógnitas ceden por un momento su lugar a los proyectos, el miedo se esfuma, (no hay lugar para un tercero), días que no acabaran nunca, como no acaba la niñez aunque insistamos en disfrazarla con un traje que le viene muy grande.

Hay cafés sin azúcar que se tornan dulces, su calidez te envuelve aunque haya brisa de poniente, y el atardecer se vuelve claro en las palabras mientras las horas vuelan celosas queriendo borrar las confidencias.

Hay momentos que no pretenden hacer milagros, ni colgarse medallas, (solo son momentos), que serán recordados como una pequeña aventura en otoño.



domingo, 2 de octubre de 2016

Presa del silencio



Tiemblas al borde del abismo. Si te pienso..., riego el papel de impotencia  mientras escribo.

Otro mundo guardas en tu mente, un pozo te absorbe, y descarnas tus manos en el borde por no caer en sus fauces, (has caído tantas veces).

No importa si se abren brazos, si las sonrisas acarician tus mejillas, y el calor en la mirada intenta rescatarte de ese limbo frío y desierto que te atrapa.

Las palabras escritas son bálsamo de vida, pero a veces bailan, te confunden, entonces..., un cuchillo las corta oscureciendo tu vista, y presa en el silencio, te mueres por la ausencia de cordura.