tu eterna letanía,
la que mandas
como cartas
ligadas a espinas
en patas blancas
de palomas,
las que van
dejando un rastro
ensangrentado,
un camino de pólvora
que incendias
con palabras.
¡Calla¡
hablas un idioma extraño,
y te pierdes
donde el sol se oculta
para dejarme ver
la luna en tu cabello,
y tu rosario
es mi cuerpo
enredado en tu cabeza.
¡Vete!,
y pinta un cuadro
de palabras y gemidos,
silenciados
entre las paredes
de tu celda,
muerde ,
vierte
tus besos
en mis sueños ,
mientras abro
mis labios
buscando
apagar la sed
inquieta
de esta noche ,
en la pulpa
de tu boca.
Un beso Tite.
ResponderEliminarTu fiel seguidor.
Nos seguimos mutuamente, un beso grande poeta.
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