Un paso y otro más descubriendo lo que sin duda ya está descubierto desde hace mucho, pero que de repente se torna nuevo en el brillo de la mirada, con la ilusión de poder compartirlo, y la locura de recuperar la adolescencia en el otoño, días en los que el cansancio se vuelve perezoso y los pies hiperactivos; las incógnitas ceden por un momento su lugar a los proyectos, el miedo se esfuma, (no hay lugar para un tercero), días que no acabaran nunca, como no acaba la niñez aunque insistamos en disfrazarla con un traje que le viene muy grande.
Hay cafés sin azúcar que se tornan dulces, su calidez te envuelve aunque haya brisa de poniente, y el atardecer se vuelve claro en las palabras mientras las horas vuelan celosas queriendo borrar las confidencias.
Hay momentos que no pretenden hacer milagros, ni colgarse medallas, (solo son momentos), que serán recordados como una pequeña aventura en otoño.
Hay momentos que te hacen sentir de una manera especial, una manera que sienta muy bien. Es un otoño en el corazón...
ResponderEliminarUn beso Tite
Un otoño esperanzador.
Eliminarte acuerdas,cuando te dije que olía a otoño y te reias, jajaj
ResponderEliminarEs un recuerdo gracioso, y si, huele a otoño. Jaaa!
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