Ilustración de Elvira y Maitena. |
Era octubre, un colibrí nervioso repicaba en el pecho.
Dos mariposas bellas abrían sus alas mostrando todo el esplendor de la primavera.
Mediodía de un terco verano que se negaba a abandonar la escena, y unos brazos abiertos al cariño.
Una terraza en un bar de Sevilla, y la ambrosía de unas miradas, haciendo sombra a un sol incapaz de competir con tanta felicidad.
La brisa cedió su sitio a las palabras, y estas se convirtieron en mágicos poemas de vida.
Un barrio parecido seguramente a cualquier otro, una familia, y un sentimiento muy especial naciendo en cada instante.
Cuatro pies volaban entre juegos y risas, pupilas brillantes al viento, besos de miel, y la promesa de un reencuentro.
Era otoño; en el alma primavera.
Era octubre en Sevilla.
Un octubre bien encontrado.
ResponderEliminarUn saludo.
Una extraña primavera Alfred. Como cambian las estaciones según el brillo de unas pupilas.
EliminarUn abrazo.
Que bonito amiga tite. El reencuentro sigue estando prometido.
ResponderEliminarGracias guapa. Ese día fue muy especial. ����
Vendrán más. Besos.
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