Hay un silencio roto por las chicharras anunciando calidez de historias nuevas, inquietantes dentro de la quietud dormida de las palabras.
Viene soltando el día gotitas de alegría salpicando la hierba, acariciando el alma que aún no se ha lavado la cara.
Bailan mariposas escondidas entre las flores casi marchitas, despertando otras nuevas, regándolas de estrellitas teñidas de polen como besos de azúcar.
Acaricia la brisa a las chicharras, a las mariposas; a las flores marchitas, con tanta delicadeza, que aunque se lo propusiera no podría deshojarlas.
Y, es que..., hoy, ha nacido el día inquietantemente dulce.
Y es que hoy ha nacido el día,inquietantemente dulce.
ResponderEliminarBonito señorita,bonito
Días de quietud con gusto a caramelos, de vez en cuando se dan, aunque solo sea de vez en cuando. Besos.
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