Estás aquí. Seguimos a través del tiempo atravesando océanos.
Nunca te fuiste.
Aparecías en mitad de un sueño, cruzándote en un beso, despertando de repente en un suspiro o una caricia, ocultándote entre las sombras de ese desván repleto de recuerdos, de piel tersa y risas que solo callaban a besos.
Besos, tus besos, entre uno y otro tus ojos, siempre..., por siempre.
Hasta los encabalgamientos están perfectamente situados. Excelente.
ResponderEliminarBlanca.
Son caprichosos y se pusieron solos.
EliminarNo tengo palabras para ensalzar esta maravilla. Como eres capaz de transmitir tanto sentimiento con esas seis líneas. Bravo!
ResponderEliminar¿Y cuánto se transmite con una mirada?, un beso Antoni, siempre es agradable tu visita.
EliminarEncanto de sentimientos. Mucha ternura, intimismo de amor y besos, muchos de los que hacen falta,aunque sólo sean sueños
ResponderEliminarGracias Griselda, tienes toda la razón, más besos y menos guerras.
EliminarSiempre los besos lo pueden todo.
ResponderEliminarSeguro Alfred, te mando unos cuantos.
EliminarCada vez más poética, menos narrativa.
ResponderEliminarTe veo hablar pero no te oigo y no entiendo.
Pero estoy convencido de que cada vez eres más feliz.
Me alegro.
Entiendes perfectamente querido amigo, delante de un café, en el silencio de la distancia, en la vida paralela..., en la charla que tenemos pendiente, hasta entonces, un beso.
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